Escuela y Discapacidad Intelectual

Reseña Crítica

ESCUELA Y DISCAPACIDAD INTELECTUAL 

(Joan J. Muntaner  Guasp. Ediciones la U. Bogotá 2010)

Por: Arelis Serrano Rodríguez[1]

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El Rincón de Endesa (2012). Recuperado de http://elrincondeendesa.pe/conmemoramos-el-dia-mundial-del-sindrome-de-down-con-cultura-para-todos/

Joan J. Muntaner  Guasp  publica en su libro “Escuela y discapacidad intelectual”,  una propuesta para trabajar en el aula ordinaria, en el año 2010, justo después de haberse divulgado y puesto en marcha en Colombia el decreto 366, mediante el cual se organiza  el servicio educativo para personas en condición de discapacidad y con capacidades y/o talentos excepcionales, en el marco de la inclusión. El autor organiza el libro en siete (7) capítulos, cuyo eje temático central es precisamente la inclusión orientada al déficit cognitivo.

Resulta pertinente el recorrido histórico que realiza el autor alrededor del tema de la discapacidad cognitiva, las diferentes modalidades educativas a las que han sido sometidos y la nueva tendencia educativa, pues él enuncia: “La educación inclusiva tiene su origen en la lucha para alcanzar una educación para todos, donde se acabe la segregación explícita o tácita del derecho de distintos grupos de personas a la educación” (Muntaner, 2010, p. 12).

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Lpbnews. Recuperado de http://lpbnews.com/es/nota/ue-destaca-avance-de-inclusi%C3%B3n-social-en-per%C3%BA

En virtud de lo anterior, Muntaner  define la educación inclusiva apropiándose de los elementos planteados por la UNESCO (2005, p.13), como un proceso de abordaje y respuesta a la diversidad de las necesidades de todos los alumnos a través de la creciente participación en el aprendizaje, las culturas y las comunidades y de la reducción de la exclusión dentro y desde la educación. Ello implica cambio y modificaciones en los enfoques, las estrategias, con una visión que incluye a todos los niños de la franja etaria y la convicción de que es responsabilidad del sistema regular y educar a todos los niños sin discriminación. Conceptualizada de esta forma, la inclusión  es todo un reto, hasta para  los profesores comprometidos con esta modalidad educativa, pues  pueden encontrarse limitados al momento de responder eficazmente a los retos que se les presentan con cada uno de los niños que tienen necesidades educativas especiales.

La lectura del libro resulta agradable, pues el autor además de referirse a  los elementos históricos y culturales que enmarcan la discapacidad, muestra cómo ha evolucionado el concepto de discapacidad cognitiva, desde un enfoque clínico o médico somático hasta el concepto de hoy. Este es abordado desde una mirada más ecológica y social, entendiéndola como la manera en que se reflejan las limitaciones de una persona en su  funcionamiento, dentro un contexto social que representa una clara desventaja para la persona. Tal definición no niega sus altas posibilidades de aprender,  la influencia de su entorno familiar, contexto social, o simplemente de su personalidad y la comprensión que se debería tener alrededor de sus sentimientos y necesidades, las cuales si son satisfechas podrán garantizar el goce pleno de la vida. 

De los siete (7) capítulos leídos llama poderosamente la atención el tercero, referido a la eliminación de las barreras en cuanto al aprendizaje, en el cual se explicita que ninguna persona está exenta de presentar una limitación o una discapacidad, ya que depende de otros para sobrevivir. Por ejemplo, necesitamos de personas superiores para afianzar nuestros conocimientos debido a que poseemos errores, dificultades, falencias, carencias, vacios,  etc.

Se infiere que no hay necesidad de excluir a los estudiantes, ni de segregarlos ya que las diferencias nos hacen aun más especiales. Como docente deberías buscar herramientas para facilitar el proceso de enseñanza aprendizaje, mas no mirar sus  debilidades, abordando sus dificultades y potencializarlas por medio de sus habilidades (Muntaner, 2010, p, 21). Lo que  se pretende es sensibilizar y generar en los profesionales de la educación la necesidad de incluir a las personas en condición de discapacidad, talentos excepcionales con diferencias de razas, culturas, etnias, a fin de alcanzar la diversidad por medio de su práctica en aulas regulares, provistos siempre del respeto por la equidad y la igualdad de oportunidades.

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Hey (2009) Recuperado de http://asesoria-educ-especial-hey.blogspot.com/2009/11/inclusion-educativa.html

El autor describe como barreras para la concreción de la inclusión, la inflexibilidad curricular, los recursos financieros y materiales, la formación docente, entre otros; pero no hace explícitas las  barreras actitudinales, pues está claro, que sólo cuando se está convencido de que la inclusión sí es posible, entonces será una realidad y no una utopía. De la misma forma, invita a comprender que las barreras al igual que los recursos para reducirlas, se pueden encontrar en todos los aspectos y estructura del sistema: dentro de los centros educativos, en la comunidad, en las políticas locales y nacionales que a su vez pueden impedir el acceso al centro educativo o limitar  la participación dentro de él.

Ahora bien, quienes han incursionado en el paradigma de la inclusión y la discapacidad cognitiva, reconocen que es evidente el dominio del tema por parte del autor; y para quienes están iniciándose, esto se convierte en un insumo valioso que propicia la apropiación de tales conocimientos y el fortalecimiento de su discurso pedagógico, especialmente si evocan apartes del texto, como por ejemplo: “La inclusión exige romper muchas de las barreras y de las creencias dominantes durante demasiado tiempo en la mente de los profesores y en las teorías psicológicas  y pedagógicas” (Muntaner, 2010, p. 26). Este asunto debería llevar a los docentes a trabajar en un aula regular, no sólo en función del conocimiento que se adquiere al momento de implementar estrategias lúdico-pedagógicas, sino, permitir el acceso al conocimiento de cada muchacho independientemente de la condición que presenta cada uno de ellos. Pero la realidad es generalmente contraria: piensan que la discapacidad entorpece el proceso de enseñanza brindado, y que sus otros estudiantes los cargan de trabajo, lo cual implica un desgaste.

Particularmente considero que el libro, en especial el capítulo tres (3) tiene  grandes argumentos para  la sensibilización y concientización de las personas cercanas o distantes de la discapacidad y la inclusión,  ya que promueve la toma de decisiones ante diversos aspectos y motiva a desarrollar la autonomía. También se muestra  cuidadosamente la macroestructura del texto, conservando la esencia del tema, que es más la  eliminación de obstáculos con relación al aprendizaje. Cabe destacar, que el lenguaje utilizado por el autor, es fácil de comprender, garantizando así, el acercamiento del lector  al contenido y objetivo del material escrito.


[1] Docente del programa de Pedagogía Infantil de la Corporación Universitaria Rafael Núñez. Esta reseña es un producto del Diplomado Estrategias de Lectura y Escritura, en el cual, la autora asistió en calidad de participante. 2012