Copiar Y Pegar: ¿Un Camino Fácil?

COPIAR Y PEGAR: ¿UN CAMINO FÁCIL?

Por: Udiluz Monsalve Muñoz[i]

copiar y pegar

Tomado de:http://www.informatica-hoy.com.ar/software-microsoft-windows-xp-vista/Copiar-pegar-y-cortar.php

Es común escuchar a los docentes decir en sus conversaciones cotidianas: “ahora todo es copiar y pegar”, “Internet no deja pensar”, “los jóvenes ya no saben lo que es un libro”, “le puse cero en el trabajo por plagio”, entre otras frases relacionadas con el popular “copiar y pegar” que actualmente domina las instituciones educativas, en especial las de educación superior, teniendo en cuenta que en ellas la exigencia de trabajos escritos es constante. Ya sea un resumen, un ensayo o un proyecto de investigación, Internet se ha convertido en la panacea del estudiante moderno para salir bien librado de todo texto que le sea solicitado. Muy remotas quedaron ya aquellas tardes completas en la biblioteca, luchas por obtener el único ejemplar de algún libro, o los rimeros de fotocopias, piensan algunos profesores con nostalgia. En últimas, todos los docentes parecen apuntar a la misma conclusión: el estudiante de hoy ya no aprende.

No obstante, si nos detenemos un poco en el ejercicio del “copiar y pegar”, nos percataremos de que no es un simple acto de trance e inconsciencia en el cual el estudiante tomó cualquier texto, lo pegó en Word y lo presentó como su producción; realmente estamos –guardando todas las proporciones-  frente a todo un proceso que implica búsqueda, lectura atenta, capacidad de crítica, de conexión de las ideas y –no está de más decirlo- mucho cinismo y hasta un poco de coraje para entregarlo al docente como un escrito con ideas originales.

Encontramos, entonces, diferentes niveles de copia entre los estudiantes. Resulta interesante que el esfuerzo es mayor de su parte, cuando su propósito es hacer la copia menos evidente. En un primer nivel, muy básico, el estudiante indaga en Internet por la temática que le fue sugerida por el docente. Dependiendo de la cantidad mínima de cuartillas que le haya sido exigida, así será la búsqueda. Luego de diversos intentos infructuosos, y de lecturas superficiales (sólo del título, y algunos párrafos), el estudiante acierta con el texto perfecto. Posteriormente procede a su copia en Word. En este nivel el estudiante no realiza ninguna modificación al texto, solo cambia el nombre del autor por el suyo y así lo entrega al docente.

En un segundo nivel, el proceso se complejiza. El estudiante ya es consciente de que pegar el texto tal cual como lo encontró en Internet no fue suficiente. Entonces luego de la búsqueda en Internet del texto, y de mirar cuidadosamente cuál de todos parece hecho por él, el estudiante pega en Word el documento y luego procede a realizar un párrafo introductorio y uno de conclusión, acorde lógicamente con las ideas que ya vienen plasmadas por el texto copiado. En este nivel el estudiante, incluso, propone un nuevo título a la creación, y se sentirá satisfecho de que hizo “gran parte” del escrito. 

Por último, encontramos un tercer nivel que requiere de mayor capacidad crítica, lógica y relacional intertextual del estudiante. En este caso, la complejidad del proceso es mayor, pues el estudiante necesita indagar cuidadosamente, no solo por un texto, sino por varios que se relacionen lógicamente con el tema y las ideas planteadas. De esta forma el estudiante procede a la realización de un literal tejido hecho con párrafos tomados de diferentes textos que desarrollan un tópico similar. Además agrega los párrafos de introducción y conclusión construidos por él, e incluso, oraciones cortas que conecten los párrafos escogidos.

Como puede verse, los estudiantes en general consideran que “copiar y pegar”  es un camino fácil, que les ahorrará tiempo y esfuerzo; sin embargo, el proceso de búsqueda, lectura, selección, organización y conexión del plagio, con miras a que éste no sea evidente,  requiere  poner en práctica su capacidad de discernimiento y crítica (“este texto explica mejor el tema que este otro”), resumen y abstracción (“este párrafo tiene la información más importante”) y proposición (“este título abarca todo lo que dice el texto”); en últimas, implica el uso de estrategias de inferencia y análisis, importantes para la comprensión y posterior producción de cualquier texto.

Ahora bien, de ninguna manera intentamos decir que, en resumen, los docentes debemos aceptar que nuestros estudiantes realicen plagio. Lo anterior sería una conclusión apresurada e incorrecta. Realmente lo que queremos proponer es que, en cierta forma, el proceso que sigue el estudiante para realizar la copia es muy parecido al que toda persona debe llevar para la redacción de un texto, sin embargo, el estudiante, en vez de tomar los textos leídos (la mayoría de las veces superficialmente leídos) como fundamentos que apoyen sus ideas por medio de citas adecuadas, presenta como ideas propias, las ajenas.

En este sentido, resulta muy importante la labor que el docente haga en el direccionamiento de los trabajos escritos que realicen los estudiantes. El seguimiento a los textos, a través de la revisión de sus borradores, y la orientación sobre el uso de normas de citación, son esenciales para enseñar a los estudiantes a expresar sus ideas apoyadas en otras fuentes; sobre todo, para que ese empeño en realizar un “buen plagio” se proyecte hacia el desarrollo de un buen texto, en el cual aprovechen de mejor manera el Internet, ésta valiosa herramienta con la cual la nueva generación ha sido privilegiada.


[i]Profesional en Lingüística y Literatura de la Universidad de Cartagena, docente del Proyecto Institucional de Competencias Comunicativas de la Corporación Universitaria Rafael Núñez, Joven Investigadora 2012 (Colciencias), miembro del semillero GIESCAH (Grupo de Investigación para el Estudio Sociolingüístico del Español de España y América) – Capítulo Cartagena.