¿Cómo aprende quien aprehende?

¿CÓMO APRENDE QUIEN APREHENDE?

Por: Olga Monterrosa Murillo[i]

“Nadie enseña a nadie; pero nadie aprende solo”

                                                    Paulo Freire.

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Recuperado de http//www.google.com.co/search?q=profesor+enseñando+a+estudiantes+universitarios

Francisco Cajiao, ex Secretario de Educación en Bogotá, columnista del Periódico El TIEMPO. También  hace parte del gremio de docentes universitarios y con el cual me identifico en su criterio consistente en una actitud reflexiva frente a su quehacer en el proceso de aprendizaje de lectura y escritura de sus estudiantes.

Coautor del libro: leer para comprender, escribir para transformar, hace referencia  a la siguiente anécdota que traigo a colación específicamente para exaltar que para el ser humano o sujeto que aprende los resultados siempre podrán mejorar.

(…) Un experto en neurociencias y desarrollo del aprendizaje presentó ante un nutrido público de académicos y estudiantes la siguiente afirmación: “En los últimos tres años he enseñado a hablar a mi mascota”. Después de tal  afirmación hubo un silencio expectante el conferencista en medio del escepticismo de los presentes agregó que la mascota en cuestión estaba allí y que si querían verlo, lo traería.

Ante los gestos de los asistentes fue a buscarla y la colocó  frente a todos. El auditorio intrigado esperó algunos segundos naturalmente la mascota nunca habló. De inmediato alguien se atrevió a decir: ¿No dijo usted que hablaría?

_” Yo no he dicho eso. Dije que le he enseñando hablar pero nunca afirmé que hubiese aprendido” [1]

La anécdota anterior, refleja en parte, aclaro: no en su totalidad que los docentes nos dedicamos a enseñar, a leer y a escribir con idoneidad y sin embargo, las pruebas internas y externas muestran una cifra preocupante de estudiantes cuyos resultados en su aprendizaje no ha sido eficaz. Entonces, con el propósito de encontrar e implementar posibles soluciones surge la pregunta: ¿Por qué?: por leer solo lo que le compete con su carrera?, les desagrada el acto de leer?, prefieren nuevos lenguajes que no exijan análisis y criticidad?, por desconocer estrategias que permitan el desarrollo de sus habilidades u operaciones del pensamiento tales como: la observación no participante, el análisis, la síntesis, la interpretación, la clasificación, entre otras.

Ahora, ya no es pertinente quedarse anquilosado en el resultado de las pruebas diagnósticas del nivel inferior; sino explorar e implementar de qué manera pasamos del acto de enseñar a la reflexión y acción de cómo aprenden los que aprenden y  no dar por sentado que exista un estilo pedagógico ni único ni  perfecto que garantice ciento por ciento; por cuanto los excelentes resultados se obtienen cuando se combinan variables  tales como: espíritu investigativo por parte del estudiante; cuando consulta no lo hace, solamente con las múltiples referencias bibliográficas sino también echa mano de otras fuentes: consulta a expertos; cuenta con saberes previos como fundamento para mejorar su aprendizaje; el profesor genera espacio para que procese fases y llegue a la internalización o apropiación de saberes, actitudes, habilidades y por ende, se obtenga aprendizaje planeado.

Por lo anterior, se debe tener presente los aspectos que caracterizan a los grupos. Cada individuo tiene su propio ritmo y estilo de aprendizaje, de hecho algunos necesitan escribir, otros leen reiteradamente, hacen diagrama o esquemas, sustituciones.

Dentro de un mismo grupo se presentan rasgos heterogéneos, situación a partir  de la cual, a nosotros los docentes se nos hace la invitación académica a favorecer una metodología evaluativa variada donde puedan expresarse las fortalezas de los estudiantes y erradicar o disminuir las falencias o debilidades.

Después de todo lo anterior, puedo aseverar que el estudiante universitario es un ser humano en construcción; no un producto terminado. Por lo tanto lo evaluable puede mejorar.

Muestra actitudes de receptividad, responsabilidad ante su  proyecto de vida y por lo tanto, de su autorealización y orientado a la búsqueda de una mejor calidad de vida sostenible y estable. Por tales motivos debe desarrollar el análisis y la criticidad, lo cual incluye establecer diferencias marcadas entre conocimiento estructurado y aplicado e ingesta de información.

Y ya para terminar, cabe destacar que el estudiante inmerso en el mundo de hoy es potencialmente ya exitoso, debido a que interactúa; multimeadiático, lo cual implica nuevos lenguajes o códigos a descifrar  formas variadas de aproximación a la lectura. 


[1] Cajiao, Francisco. Reyes, Yolanda et al. En: Leer para comprender, Escribir para Transformar. 1ª Edicion. Bogotá. MEN, 2013. P. 52 – 61.

[i]Licenciada en Ciencias de la Educación con énfasis en Español e Inglés. Universidad del Atlántico. Especialista en Didáctica del Lenguaje y Literatura. Universidad de Cartagena. Especialista en Docencia Universitaria. Universidad del Área Andina.English as a Foreign Language. Centro Colombo Americano. Docente del Proyecto Institucional de Competencias Comunicativas de la Corporación Universitaria Rafael Núñez.